sábado, junio 03, 2006

Nunca estás satisfecho
Nunca estás lo suficientemente satisfecho con quien eres y con lo que la existencia te ha dado pues siempre has sido distraído. Siempre has sido dirigido hacia donde la naturaleza no ha pretendido que estuvieras. No te estás moviendo hacia tu propio potencial.

Estás tratando de ser aquello que los demás quisieron que tu fueras, pero eso no puede ser satisfactorio. Cuando no es satisfactorio, la lógica dice, "Quizás no sea suficiente busquemos más de lo mismo." Entonces vas por más, y comienzas a mirar a tu alrededor.

Y todo el mundo se aparece con una máscara que está sonriendo, que se ve feliz, así todo el mundo está engañando al resto. Tu también te muestras con una máscara, así los demás piensan que tu eres más feliz; tu crees que otros se ven más felices.
La hierba se ve más verde del otro lado de la cerca. Ellos miran tu hierba y se ve más verde. Realmente se ve más verde, más espesa, mejor. Esa es la ilusión que crea la distancia. Cuando te acercas, entonces comienzas a ver que no es así. Pero la gente mantiene a los demás a distancia. Aún amigos, aún amantes se mantienen a distancia el uno del otro; mucha cercanía sería peligrosa, podrían ver tu realidad.

Y tu has sido mal orientado desde el mismo principio, así que cualquier cosa que hagas seguirás sintiéndote miserable. Ves a alguien con mucho dinero: piensas que quizás el dinero trae la felicidad. Observas a la otra persona, qué alegre parece ser. Entonces corres tras el dinero. Alguien que es más saludable corre tras la salud. Alguien que está haciendo alguna otra cosa y parece muy contento síguelo.
Pero siempre son los demás. ¿Y por que nunca nosotros?

martes, mayo 23, 2006

Del principio al final

Sólo que me cuesta trabajo y no se explicarlo muy bien.

Nadie nos dijo como crecer ni que camino tomar y mucho menos si eran buenos o malos. Simplemente salieron raíces, tronco, varias ramas y muchas hojas que nunca voy a saber cuando voy a terminar de crecer.

Me plantaron, era una simple semilla enterrada bajo la tierra, pasé por un proceso muy largo para que me saliera mi primera raìz.

Actualmente tengo una infinidad de ramas y de hojas que realmente me sería imposible de recordar cuando salieron, unas ramas salieron de una manera imprevista que ni yo me lo esperaba y tan rápido que muchas veces no sabía que pasaba, porque me dolía.

Duelen cuando salen... duelen porque a veces esas hojas con el tiempo se van marchitando, hasta que yo no resisten màs y se caen del árbol.
Son pocas las veces que me podan pero cuando lo hacen es como si hubiera llovido, se cae todo y no me preocupo por nada.
Nadie puede detener este proceso, cada quien es responsable de lo que quiere entender.

Por fin entendí que cada vez que muere un árbol el corazón de una persona se marchita y se olvida del cariño que había.

domingo, mayo 14, 2006

¿Cerca o lejos?
“A veces están tan cerca, pero los sientes tan lejos”.

Hay algo que une al cobarde y al héroe y eso se llama miedo, lo cual significa que uno complementa al otro sin saberlo y sin aceptarlo.

Al cerrar los ojos lo único que vez es “lo bueno” y “lo malo” que has hecho, recuerdas lo que pasó en ese día, recuerdas hechos anteriores, piensas, suspiras, pero lo que está en tu cabeza ahí estará hasta el día en que te decidas a abrir la boca.

No hay una respuesta en sí, pero a veces vez todo el tiempo para adelante y nunca volteas, ¿porque? Cuando decidimos a voltear, a veces puede ser tarde pero puedes correr con suerte.

Yo sólo espero, es una ventana que esta abierta, sólo que hay veces que con “tanto aire” mis ojos se llenan de agua y no pueden parpadear por cobardía a que vayan a salir litros y litros de agua.

“Sólo se vive una vez” dice una canción muy sonada en su época.

Una flor es un ser vivo que nace y crece con amor, pero cuando se empieza a marchitar no hay nadie ni nada que la detenga para poder detener este fenómeno de la naturaleza; son cosas que suceden y punto.

Porque a veces quisiera volver a ser yo, a sonreír como lo sé o sabía hacer sin miedo a un prejuicio.

sábado, abril 22, 2006


“En un abrir y cerrar de maleta”

Pues sí, abrí el closet azul que está en mi cuarto para sacar mi maleta y disponerme a hacer un viaje de unos cuantos días a un lugar al que nunca había ido y con unas personas, ahora sí como dirían en náhuatl chekhekchiwa (buena onda).

Con tanta emoción metía mis cosas a la maleta, se abría y se cerraba para ver que faltaba, y me di cuenta que lo único que faltaba era que estuviéramos todos para ya zarpar a un destino diferente.

Todo el mundo sabe que todos los días y en cada viaje se aprenden cosas nuevas, pero definitivamente este fue un viaje diferente a todos y aprendí cosas que nunca me imaginé.

Es algo tonto esto que diré, pero todo lo que viví fueron como “momentos Kodak”, pues lo que si sé es que aunque regresemos no va a volver a ser lo mismo.

Empezando por los paisajes, los atardeceres, las vacas, los caballos, la gente con la que convivía diario, cuando llegaban las noches, las estrellas, la Luna, los “entes” que vivían en las casas de campaña y por supuesto las sopitas Maruchan que estarán con nosotros por varios meses, los chistes del Tío Jano y un sin fin de cosas, que realmente no podría mencionarlas todas.

A veces me gustaría tener una goma de migajón para borrar todo esto y no ponerme nostálgica, se que el tiempo es, como bien dirían los músicos, irreversible y que el recuerdo sólo vive en tu memoria.

No importa lo que pasó o lo que haya dejado de pasar, sólo se que cuando llegué a mi casa y terminé de guardar mi ropa donde se debe y cerré el cierre de mi maleta, sabía que era el fin de algo que estaba por comenzar.

“A veces se tiene que abrir esa caja”

Es muy fácil decirle a la gente lo que tiene que cambiar, y más fácil es decirle lo que nos molesta. Muchas veces si no tienes nada bueno que decir de esa persona es mejor quedarse callado, cosa que de vez en cuando es difícil llevarla a cabo.

Hay una caja que es negra por fuera, y por dentro cuando se abre puede llegar a ser de distintos colores, o incluso puede tener negro y una oscuridad que es inolvidable.

Últimamente la caja se percata de algo, y es que se ha podido abrir un poco más de lo que esperaba, cosa que algunas veces le llega a molestar porque tiene miedo a que le pongan la mano en la tapa y se vuelva a cerrar.

Es muy extraño, porque a veces por dentro se pinta de azul, y no es que se asuste, simplemente como lo dijeron hace poco “es miedosa, punto”, pero a veces quisiera ser la misma caja negra para todos, pues cuando otros descubren ese color azul saben que es muy fácil llegar a rasgar la caja.

Pero hay algo que la caja negra sabe, y es que su apariencia exterior siempre es la misma, si, si, aunque hay veces que se tengan que seguir ciertas normas de etiqueta, no importa porque se adapta rápido.

Simplemente hay que darse a conocer con la gente tal cual eres y no aferrarse a un cambio que sabes que te ayudará.

jueves, abril 06, 2006

Pisando gracias de perro

¿Cuándo dejas de estudiar o de vivir? Nunca, nunca vamos a terminar de aprender, como simples seres humanos que somos queremos ser cada día mejores y componer cosas.
La afamada frase: “un día” eso llega, no se busca. Llega en su momento, y si no hay que ver que hay a mi alrededor para alcanzar lo mejor de sí.

Uno puede pisar todas las gracias de perro que quiera, pero al final sabes que vas a oler mal, muy mal; hay que ir limpiando poco a poco lo que uno hace.

A donde vayas vas a conocer gente nueva. Inclusive de pequeño en tú jardín, otros amigo son los que viven por tu casa y otros muy locamente son del raro mundo en el que vivimos. Es como cuando tienes amigos “animales” y quieres aprender todo con ellos como al chango le quieres copiar como se cuelga de los árboles, o a tocar las flores con esa delicadeza con las que se paran en ellas las mariposas, aprender a ver el cielo por las noches disfrutando del silencio como lo haría un búho.

No importa si el mundo es chiquitito o muy grande, nada más hay que ver que hay un espacio para todos. Puedes viajar en avión, camión o de plano en el tren. No importa como lo hagas, sólo hay que hacerlo de corazón y aprendiendo, porque cada paso que diste, que di y que daré te lo reprocharás o te lo agradecerás, todo esta en el modo de hacer las cosas.
Pues eso dicen…

Dicen por ahí que todo lo que haces influye en los demás, que si la ropa, que si la música, que si los amigos, y entre el que si… y tú toma de decisión, ya estás más involucrado que nada.

¿Cómo es que la gente quiere entender al “mundo” o a su vecino si apenas se está “entendiendo a sí mismo”? Eso de ser uno mismo no es cierto porque siempre estás en constante cambió sin perder la esencia.

Nadie sabe que vaya a pasar al otro día que despiertes, simplemente tratas de ser tú y ya, lo difícil es que la gente acepte el hecho de que tú o él o ella o quien sea es diferente a ti. Muchas veces es difícil aceptar que te digan “raro”, llega un momento en el que te acostumbras y cuando llega alguien nuevo y te lo dice es como si te hubiera contestado el saludo; una vez alguien contestó: “no será que el raro, aquí eres tú”.

Uno se siente feliz cada vez que habla con ese alguien que sabe que lo va escuchar, pero como es posible que ciertas situaciones de la vida te hagan ser como eres cuando todo lo tienes en tus manos.

En México, verle la cara a los demás es sinónimo de astucia, al parecer es una parte de la filosofía del mexicano que tal vez estaría bien cambiarla. Unos piensan que la escuela te da toda la educación pero pienso que desde tu casa la traes y en la escuela te terminas de hacer. La escuela de la vida es la más fuerte y difícil, pero esta te ayuda todos los días para desarrollarte.

Hayq ue recordar que uno no nace sabiendo.

Nunca vamos a dejar de estudiar, de vivir o simplemente nunca dejas de aprender.

Hay que vivir lo que sigue y para poder crear lo que seguirá.

jueves, marzo 23, 2006

Mis zapatos

Ayer 22 de marzo tuve que ser fuerte, pues a pesar de que ya me había pasado esto, no sé porque esta vez fue muy extraño.

“Estimados zapatos” les dije. "En un principio no me di cuenta del desastre ocurrido...", es preciso recordar que mis zapatos no se hallaban completamente arruinados.

No sé como ni con qué artes se las arreglaron mis pies y el uso para dejar mis tenis todos inservibles, con la suela del pie izquierdo toda rota, entre despintados y sucios, ya no sabía si eran mis tenis o como decían por ahí los de un vagabundo.

Además ¡¡¡que caray!!!, esa maldita costumbre que tenemos las personas de mandar los zapatos, al zapatero, o de plano, claro los que tienen su guardadito comprar un "chapatito" nuevo. Pero si no me equivoco yo siempre le fui fiel a mis tenis, me los regalaron y desde ahí parece que vivía en ellos, tantas vivencias que nunca olvidare, si también la clásica donde pisas la maldita gracia de los cochinos perros.

Pues ni modo todavía se es demasiado joven para derrocarse por unos tenis, hay tiempo para volver a comenzar, ahora son rosas.

Los dejé a lado de la botella de ron y a lado de la caja de galletas de Saladitas, alguien los usará, ahora será una historia nueva que empezar y una por finalizar.

¿Tendrán una segunda o una tercera operación?, eso nadie lo sabe, pero de que ahí hubo vivencias, las hay y esta vez se espera que las siga habiendo.
Así es mi mundo

¿Cómo puedo saber si mi mundo rodea a los demás o el mundo de los demás me rodea a mí?

Cada quien ve y hace las cosas como, cuando y donde quiere, solamente hay que estar plenamente seguros de que si lo que tú haces te llena a ti y no lo haces para quedar bien con la sociedad.

Un día por ahí me preguntaron, no no mejor dicho me dijeron que describiera mi mundo; realmente no supe contestar hasta este momento.

Y ahí estaba yo con un color azul, uno rojo, otro naranja y el último amarillo.

El color azul siempre esta presente en las “batallas”, pues como me dijeron el martes, “no es la guerra, para eso falta, esto apenas es una batalla”, con fuego o sin él se pueden pasar fiebres de 40° pero estar ahí, al pie del cañón, como el dragón que cuida a su castillo y no le va a dar la espalda.

A veces es difícil entender un color tan controversial, el rojo, ¿tímido, siempre con algo que decir y no lo dice, noble, frío?, nadie sabe, sólo acude cuando lo necesitan, no le pide mucha ayuda a los otros colores pues eso de los favores no es lo de él, sólo esta presente ahí mostrando que sus ojos son la mejor arma para decir que es lo que le pasa y que es lo que sabe o puede dejar de saber, brillando o no pero siempre con una pregunta a la deriva.

Este color esta presente en las tristezas y en las desilusiones de la vida, pero no por eso hay que perder la ilusión y el sueño de las cosas. A veces se pierde la luz, pero al final siempre esta esa piedrita que se puede mover para encontrar el rayito de luz que tanto se necesita, como esperanza o como lo quiera ver cada quien, sólo hay que saber buscar para poder encontrar.

Por fin aquí tenemos al amarillo que con ese dedo con el que a veces se puede ser cruel, y que a veces puede ser la serpiente que escupe ese veneno tan ponzoñoso que puede llegar a “matar” y que nadie quisiera ser; cuando se le da la gana una que otra vez puede demostrar esa poca o mucha sabiduría que se tiene, pues cuando se tiene ganas de que la demás gente aprenda lo hace y lo puede llegar a lograr a costa de lo que sea y quiera. Pero he aquí que cuando llega el silencio, no hay quien lo haga hablar.

jueves, marzo 16, 2006

Para vivir
Y así después de esperar tanto un día como cualquier otro decidí triunfar…

Decidí no esperar a las oportunidades, sino yo misma buscarlas. Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución. Decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis. Decidí ver cada noche como un misterio por resolver. Decidí ver cada día como una nueva oportunidad para ser feliz. Aquél día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única forma de superarnos; aquél día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar, descubrí que no era yo la mejor y que quizás nunca lo fui, me dejo de importar simplemente saberme mejor que ayer. Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir. Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamarle a alguien “amigo”. Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento “El amor es una filosofía de la vida”.
No corras por la vida tan rápido que olvides no solamente donde has estado, sino hacia donde vas.